Encontrándonos en Biscucuy mi esposa Angélica y yo, realizando el curso de Medico Misionero, y al terminar cada uno debía proyectarse hacia la actividad misionera de su comunidad. Y a mí se me ocurrió decir, que íbamos abrir un Isaías 58  acá en Guadualito, ya que no había, y veíamos la necesidad  de llevar el pan espiritual y material a tantas personas y niños, que carecen de estos.  Así, cuando llegamos empezamos los preparativos, y comenzamos dando comida a 10 personas en el sector de la Aurora, cuando en un momento me preguntan, si teníamos registrado algo que nos acreditara como un Acta Constitutiva, y respondí que no. Desde e se momento empecé a preguntarle  algunos abogados de la Iglesia, y llegue hasta el Pastor Arias, quien de un día para otro me redacto el Acta Constitutiva, hasta los actuales momentos. Ahora, estoy seguro que no fue casualidad, que en nosotros obró el Espíritu Santo, en ese momento, porque esto ha sido de mucha bendición para nuestra comunidad, tomando en cuenta que en la actualidad más de cien personas (jóvenes, niños y ancianos), van todos los domingos  a recibir el alimento del cuerpo y del alma en nuestro hogar donde funciona Isaías 58 “EL BUEN SAMARITANO”.